Durante la Semana Santa, tradición y espiritualidad conviven en la ciudad, unas celebraciones que la mayoría de tarraconenses viven intensamente, al margen de sus creencias religiosas.
Si la Part Alta, el centro histórico de Tarragona, ya exhibe encanto durante el resto del año, los días de Semana Santa la convierten en un espacio de devoción prácticamente mágico, en que la oscuridad, el sonido de los Armados y la estética de los pasos (algunos de artistas tan destacados como Josep Maria Jujol) resultan hipnóticos.
El Domingo de Ramos comienzan a celebrarse los diversos vía crucis que organizan las cofradías, hermandades y gremios que forman parte de la Agrupación de Asociaciones de Semana Santa de Tarragona.
Pero, sin duda, la más importante de todas las manifestaciones que se llevan a cabo durante estos días es la Procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Antes de la salida, los Armados recogen iglesia por iglesia cada uno de los elementos, uno de los actos más típicos.
La primera prueba documentada de la celebración de esta procesión por las calles de la Part Alta data del año 1550. Actualmente, más de 4.000 personas se agrupan en 13 gremios, cofradías y congregaciones que llevan 20 misterios en esta procesión. Los pasos van precedidos por los Armados que rompen el silencio con el sonido de sus tambores.
Esta procesión está considerada como una de las más importantes del Mediterráneo. Fue declarada 'Elemento Patrimonial de Interés Nacional' por la Generalitat de Catalunya en 2010.
En 2009 la Generalitat de Catalunya reconoció a todo el conjunto de la Semana Santa de Tarragona la categoría de 'Fiesta Local de Interés Turístico'.
Tradición y espiritualidad conviven en Tarragona durante la Semana Santa