Para los tarraconenses es casi una obligación pasear por la Rambla e ir a tocar ferro («tocar hierro») al Balcón del Mediterráneo. Este hecho implica llegar paseando reposadamente hasta la barandilla que diseñó Ramon Salas i Ricomà en 1889. Antes de su construcción había un muro que limitaba el paseo de les Palmeres con el acantilado que separaba los campos de cultivo a sus pies y la línea del mar. La denominación del balcón se debe a Emili Castelar, presidente de la Primera República Española, quien lo bautizó con este nombre en su visita a Tarragona en 1863.
(vista exterior)
Rambla Nova - passeig de les Palmeres