De los tres grandes edificios para espectáculos de Tarraco, el teatro fue el primero en ser construido, ya en época de Augusto. Edificado sobre unos antiguos almacenes portuarios, disponía de un amplio sector semicircular de gradas divididas en tres cáveas orientadas hacia el escenario. La parte trasera de este se encontraba cerrada por un gran muro monumentalizado con columnas y estatuas que se conservan, en parte, en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona. El edificio fue reformado y enriquecido con estatuas de mármol en el siglo II, y quedó abandonado ya en el siglo III. En él se celebraban espectáculos escénicos.