Villa romana situada en el término municipal de Altafulla. Construida en época de Augusto, fue reedificada en el siglo II y habitada, al menos, hasta el siglo VII d. C., tras sufrir un incendio y destrucción a mediados del siglo III. Destaca la extensión y riqueza de esta casa de campo, que conserva la parte residencial con un notable conjunto de mosaicos y pintura mural, así como un grandioso conjunto termal con ámbitos decorados con mosaicos, placas de mármol y estatuaria. En la playa hay unas segundas termas. Parte de los materiales se hallan expuestos en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona.