Ven a L'Embutada: prueba el vino joven, degusta productos gastronómicos y culturales del territorio y mucho más: actuaciones, visitas guiadas, muestra de oficios, etc.
Esta fiesta de L'Embutada invita a recuperar la memoria y la tradición vitivinícola, poniendo en valor el embudo, que no solo se utilizaba en Tarragona y en los municipios del Tarragonès, sino también en regiones de vinos tan emblemáticas como El Priorat y El Baix Penedès.
Tarragona ha estado ligada al vino, y la vendimia ha generado fiestas a lo largo de los siglos. En la ciudad, cuando el vino había fermentado, la gente se apresuraba en acudir a las bodegas para catarlo y celebrar la vida. Sentados en bancos de madera, las pandillas de amigos, los grupos de pescadores, las «collas de castellers» y las cuadrillas de jornaleros pedían un embudo, por lo general lleno de vino. Este embudo, a diferencia de los que ahora usamos en casa, tenía forma de ángulo. El embudo pasaba de cliente en cliente, de amigo a amigo, mientras se tapaba el extremo inferior del tubo con el dedo. Se trata de no ser el último en terminar, porque quien se quedaba sin vino pagaba la ronda.
L’Embutada tiene como epicentro la plaza del Rei de Tarragona, en la Part Alta (centro histórico), donde pescadores y castellers celebraban la llegada de la cosecha. Aquí encontraréis la zona de catas, con los establecimientos que os ofrecerán productos gastronómicos del territorio, y las bodegas, que os presentarán el primer vino del año y os lo servirán directamente de la bota, la damajuana o la botella.