La ciudad de principios del siglo xx necesitaba diversos edificios públicos que la hicieran social y económicamente más moderna y operativa. Uno de ellos fue el matadero, situado en la parte alta, al abrigo de la antigua muralla romana. La obra se realizó entre los años 1899 y 1901 siguiendo los planos de Josep Maria Pujol i de Barberà. Una valla de hierro forjado permite el acceso a los muros del viejo matadero, erigidos en forma de U, elaborados básicamente con obra de mampostería y ladrillo. En el edificio se puede ver cómo el ladrillo embellece y separa las ventanas de remates triangulares del primer piso o crea unas ventanas ciegas en el piso superior. La plaza pública anexa al edificio había sido el espacio dedicado a los corrales de este servicio. Hoy en día el matadero acoge las dependencias del Rectorado de la Universidad Rovira i Virgili.
(vista exterior)