La iglesia de Sant Francesc es un edificio de principios del siglo XVIII, aunque ha sido reformado y reconstruido en diversas ocasiones a lo largo de su historia. En una de las capillas laterales del lado de la Epístola, la más cercana al altar, hay pinturas y esgrafiados de Josep Maria Jujol. Es un espacio de dimensiones reducidas en el que el trabajo pictórico quiere recordar los setecientos años de la muerte de san Francisco, que tuvo lugar en 1226; por este motivo, en 1926 se reformó la capilla. La particular manera jujoliana de hacerlo consistió en dibujar aves, pájaros y guirnaldas llenas de hojas y frutos que se instalan por los ángulos de la bóveda de aristas del techo o adornan las hornacinas hoy vacías de santa Elisabet, reina de Hungría y de san Luís, rey de Francia. La ejecución plástica de las pinturas se debe al pintor Pau Cornadó. Embellece la capilla una lámpara diseñada por Jujol, elaborada en la cerrajería de Ramon Magarolas Sanet y cedida a la parroquia por los herederos de este último.
Durante los actos de culto, no se puede hacer visita turística.