En el dique de levante del puerto de Tarragona se instaló en 1922 un peculiar reloj dibujado por el ingeniero Francisco García de Membrillera. La pieza sustituía a los toques de trompeta que un trompetero realizaba para indicar la hora de inicio de trabajo y el final de la jornada laboral. Trazado como un templo de líneas clásicas o como un pequeño faro o una pequeña torre, es sencillo y su estética no encierra su finalidad. Cuatro columnas jónicas sujetan un cuerpo cuadrado en el que se encuentra la esfera del reloj; por encima hay un volumen que aguanta dos campanas y una veleta de hierro forjado. En el centro de la torre se encuentra la escalera para acceder al reloj, ocupada por parte de los mecanismos que lo forman.
(vista exterior)
Moll de Llevant