En el punto más elevado de la acrópolis de la ciudad se halla el edificio del Seminario (siglo XIX). En uno de sus claustros se erige una capilla construida en el siglo XIII, que formaba parte del hospital de los canónigos de la Sede catedralicia. Una piadosa tradición sitúa la predicación del apóstol san Pablo en la roca sobre la que se asienta la capilla. En las instalaciones del centro se ofrece una síntesis de la historia y la arqueología del cristianismo primitivo de Tarraco.